15 de abril de 2013

Boca cerrada


Anteanoche, al dormir, apreté tanto las mandíbulas, por los nervios que tenía de volver a verte y que habláramos, que hoy (ya después de sucedido) desperté con la luna y un dolor que no me dejaba más opción que irme al sofá a ver amanecer y tomar un té, con la esperanza de poder conciliar el sueño nuevamente.
Decía, en algún lado –ahora no recuerdo–, que quien una vez abrió los ojos ya no puede volver a dormir...

Para matar el hambre, hoy, siendo que a la boca no podía casi abrirla, tuve que hacerme un puré, como si volviera a niña (pero dándome yo misma las cucharadas).

Es extraño cómo algo que podría ser hermoso puede hacerte apretar tanto los dientes.





9 de abril de 2013

¡Fuego!


Si necesitaba algo o no o qué
si necesito que me abraces
si necesito o no necesito besarte
si deseo o no deseo que me incendies
si quiero o no quiero quemarme

si es posible, o no lo es, que me quemes, que me adores, que te canses y me olvides
o te olvide

si quería que me ataras y rociaras con nafta,
o preferí gritar taxi y subirme a la primera alfombra mágica que encontré

yo qué sé

Encontré este poema de Safo que dice:

Preferiría estar muerta: no miento
Ella se alejó de mí llorando.

Y entre lágrimas me dijo:
¡Ah!, qué terrible desdicha la nuestra,
Safo, pues aun contra mi voluntad, te dejo.

Le respondí:
Ve, sé feliz,
y recuérdame

(...)